¡Cuéntanos! ¿Eres de l@s que elige llevarse la pieza entera de melón o de sandía a casa, o te has aficionado a elegirla en mitades?

Las mitades de melón y sandía son un formato que han ganado muchos fans en los últimos años. Las razones son diversas y a continuación os contamos las más comunes. Por una parte está el perfil de familias, que cada vez tienen menos miembros, además de un número creciente de personas que viven solas. A ellos, este formato de mitades les facilitan el consumo. Por otra parte, está el factor económico. Si compras la mitad de la fruta, su coste se reduce. Y también está la gente que prefiere ver qué compra. Si la pieza está abierta, puedes ver su aspecto interior y elegir con mayor conocimiento de causa tu pieza de melón o tu sandía.

En Peris hace ya 7 años que elaboramos medias piezas de sandía y melón. En el caso del melón, el crecimiento hasta 2021 de nuestras ventas sobre este formato de producto ha sido de un 198%, pasando de 146 mil a 434 mil kilos anuales. La sandía en mitades y en cuartos se ha mantenido en unas cifras estables. Arrancamos en 2016 con 430 mil kilos y en 2021 vendimos más de 471 mil kilos. Son unas cifras importantes que muestran cómo estos formatos de fruta gustan mucho al consumidor. 

Si ya nos conoces sabrás que una de las señas de identidad de nuestra empresa es que solo vendemos frutas y verduras de gran calidad. Los melones y sandías Peris son famosos en el mercado precisamente por este valor, y las piezas que vendemos en mitades mantienen esa condición.

Seguridad alimentaria en las medias piezas de melón y sandía

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La seguridad alimentaria es uno de los aspectos más sensibles e importantes en el trabajo de mitades de melón y sandía, al igual que en cualquier proceso de fruta cortada (IV gama).

Es por ello que en Peris estos trabajos los llevamos a cabo en nuestra sala blanca, un espacio de 400 metros cuadrados donde la temperatura no supera los 8 ºC. En ella se trabaja con el correcto manipulado del producto y la higienización de utensilios y superficies de trabajo. La sala blanca está certificada con la ISO 7, certificación que requieren los laboratorios. El aire en este espacio se renueva de manera constante mediante microfiltrados.

El cuidado que tenemos en el manipulado y corte de las medias piezas de melón y sandía se completa con su envasado. El proceso de trabajo con las mitades de melón y sandía lo completamos con su envasado. Las medias piezas se protegen mediante un film termorretráctil, que se incorpora de manera mecanizada en la propia sala blanca. Esto permite utilizar una mínima cantidad de este plástico de polipropileno, que además es reciclable.

El film se sella, de manera que la fruta queda totalmente aislada del ambiente exterior, lo que incide en la seguridad alimentaria y le da un extra de vida útil. A su vez, evita la pérdida de jugos y permite su manipulación y transporte en condiciones adecuadas, lo que aumenta la calidad del proceso.

El frío en el procesado de fruta cortada, esencial para evitar intoxicaciones

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El frío es el gran aliado en los procesos de trabajo en IV gama. Curiosamente, la necesidad de realizar esta tarea en frío, así como mantener la fruta cortada refrigerada, son hasta el momento recomendaciones. No obstante, en breve se publicará nueva normativa que regulará estos procesos para reducir los riesgos por intoxicaciones alimentarias.

En este mismo blog os hablamos ya del Informe del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) sobre las condiciones de conservación de frutas cortadas por la mitad en establecimientos de comercio al por menor’. Este documento deja claro que el almacenamiento a temperatura ambiente del melón, sandía, papaya y piña cortadas por la mitad puede suponer un riesgo sanitario, ya que las condiciones fisicoquímicas son compatibles con el crecimiento de patógenos de transmisión alimentaria, como son Salmonella spp., Escherichia coli o Listeria monocytogenes.

En Peris trabajamos desde el inicio de nuestra actividad con IV gama en la línea que marca este informe. En el caso de las mitades de melón y sandía, no solo se cortan en un ambiente refrigerado, sino que la cadena de frío no se rompe hasta que el producto llega al comercio al por menor.

Y así tendrían que estar en los puntos de venta, refrigeradas. Esto es complicado de incorporar para las tiendas y supermercados, porque requiere de neveras, espacio, logística… No obstante es la única manera de mantener la fruta en buenas condiciones y evita por todos los medios la generación de patógenos que nos den un susto veraniego, fruto de una intoxicación alimentaria.