“Tratémoslo como si fuera sushi”.
Esa frase nos la dijo un cliente hace más de diez años, en una de las primeras reuniones que mantuvimos para hablar de fruta de IV gama. Estábamos analizando cómo mejorar la conservación, la reposición y la gestión del producto. Hablábamos de temperaturas, de manipulación, de rotación… De todo eso que muchas veces no se ve, pero marca la diferencia para que una fruta llegue perfecta al consumidor.
En un momento dado, él resumió todo con una comparación muy visual: “Esto que me estás contando se parece mucho a cómo tratamos el sushi en tienda”.
Y tenía toda la razón. Porque cuando hablamos de fruta cortada y lista para consumir, no estamos hablando de un producto cualquiera. Estamos hablando de un alimento delicado, vivo, fresco, que necesita un trato riguroso y coordinado desde su producción hasta el lineal.
La fruta de IV gama no espera

Quien trabaja en el sector lo sabe: la IV gama es exigente. Exige precisión, constancia y atención a los detalles. En Peris trabajamos cada día para que el producto salga en condiciones óptimas:
· Con procesos altamente controlados.
· En instalaciones certificadas ISO7.
· Donde la cadena de frío empieza en cuanto la fruta llega a nuestras manos y los llevamos a cámaras con la temperatura apropiada a sus necesidades.
· En sala blanca donde la seguridad alimentaria nos ocupa desde el primer corte.
· Y con una logística diseñada al milímetro para que el producto llegue en el menor tiempo posible al punto de venta, siempre refrigerado.
Hablamos de Frutifresh, nuestra marca de fruta fresca lista para consumir. Y la cuidamos como lo que es: una propuesta de alimento de calidad dirigida a un consumidor exigente.
Pero una vez fuera de nuestras instalaciones, ese cuidado debe continuar. Porque si en algún eslabón del proceso se rompe la cadena de frío, aunque sea parcialmente, el producto lo nota. Y el consumidor también.
Y aquí es donde la comparación con el sushi cobra todo su sentido: no solo por la sensibilidad del alimento, sino por la forma en que se gestiona en tienda. Con protocolos claros, con ubicaciones específicas, con mentalidad de frescura extrema. Con respeto.
Una invitación: tratémoslo como si fuera sushi

Pensamos que es realmente importante asumir entre todos que el cuidado de la fruta troceada no termina cuando sale del almacén. Continúa hasta la cesta del cliente. Y más allá, hasta su nevera.
Porque si lo tratamos como si fuera sushi, todo mejora:
· Gana el producto.
· Gana el consumidor.
· Gana el punto de venta.
· Y gana la marca que lo firma.
